Los impuestos varían según el tipo de vivienda. Si es de obra nueva, se aplica el IVA (10%) y si es de segunda mano, el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP), que en Murcia ronda el 8%. También se debe abonar el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados, además de los gastos notariales, registrales y de gestión. El vendedor normalmente paga la plusvalía municipal.

Debe entregar la vivienda en buenas condiciones, firmar un contrato por escrito y pedir una fianza de un mes. En Murcia, actualmente no es obligatorio depositar esa fianza en un organismo oficial. El propietario se encarga de las reparaciones importantes, mientras que el inquilino asume pequeños arreglos y pagos de suministros. La renta sólo puede actualizarse según los límites que marca la ley.

Se paga el IVA y no el ITP. Los pagos anticipados deben estar garantizados mediante aval o seguro. Las promotoras deben ofrecer garantías constructivas por estructura, instalaciones y acabados. Antes de firmar la escritura, suele haber un contrato privado con reserva y pagos parciales.

Sí, Murcia es una de las regiones con mayor rentabilidad en alquiler. Esto se debe al equilibrio entre precios de compra y demanda de alquiler. Aunque hay que tener en cuenta gastos como comunidad, mantenimiento e impuestos, sigue siendo una opción interesante para quienes buscan ingresos estables.

Ofrecen valoración del inmueble, fotos profesionales, publicación en portales, atención a interesados y redacción de contratos. Si gestionan el alquiler, se ocupan de buscar inquilinos, controlar pagos y resolver incidencias. También pueden ayudarte con gestiones legales y fiscales.

Tener ahorrado al menos el 20% del valor de la vivienda y algo más para los gastos. Debes presentar tu documentación financiera (nóminas, contratos, declaraciones, etc.) y la vivienda debe ser tasada. Es recomendable comparar ofertas y calcular bien la cuota que puedes asumir.

Se calcula según el mercado local, comparando con viviendas similares en tu zona. Puedes usar herramientas online o pedir asesoramiento profesional para fijar un precio competitivo. Un precio bien ajustado ayuda a vender más rápido y con mejores condiciones.

Según la ley vigente, los costes notariales y de gestión corren a cargo del propietario. También suele ser quien paga la comisión de agencia si se ha contratado una.

Es un impuesto que se paga al vender un inmueble y grava el incremento de valor del suelo desde que lo compraste. Cada ayuntamiento calcula su importe según el valor catastral y los años que hayas sido propietario. Por lo general, lo abona el vendedor.